jueves, 8 de abril de 2010

LA INOCENCIA Y EL COMPROMISO DE MIGUEL HERNÁNDEZ

POR ALFONSO GUERRA.
La celebración del centenario del nacimiento de Miguel Hernández es ocasión propicia para animar a los jóvenes a leer a uno de los más grandes poetas en lengua castellana y para hacer una relectura fiel a los valores literarios del poeta. El objetivo de lograr que Hernández se conozca se explica por la inmensa calidad y calidez de su obra y por un acto de justicia histórica, para no añadir una herida más, la del olvido.al hombre y al poeta que declamó: "...Con tres heridas yo/ la de la vida/ la de la muerte/ la del amor..."
La lectura fiel, adecuada, de su obra es para desterrar el tópico de un Miguel Hernández cuya actuación politica desmereció su calidad su calidad artística.
A lo largo de su vida, Miguel Hernández dio siempre pruebas de su inocencia y a la vez de su vocación comprometida. Sus inicios como poeta muestran su contemplación admirada del mundo que le rodea, riscos, arroyos y pájaros cantores.
Pronto cambiará el poeta los paisajes de Orihuela por la poesía gongorina. Mas no tardará el poeta en dedicar sus esfuerzos a una poesía religiosa que ha de tenerse como la mejor del género en la primera mitad del siglo XX.
Su segundo viaje a Madrid y su conocimiento de Pablo Neruda y Vicente Aleixandre darán un giro a sus preocupaciones líricas. No rechazará su neocatolicismo, simplemente se le olvida la devoción: "...Me libré de los templos, sonreídme,/donde me consumía con tristeza de lámpara/encerrado en el poco aire de los sagrarios..."
...Fue considerado como el POETA DEL PUEBLO por los combatientes de la guerra, argumento utilizado en su procesamiento cuando fue detenido, a pesar de que todos le aconsejaban que se marchase fuera del país y que él optara por buscar a su mujer y a su hijo en Cox, como "el más inocente y confiado de los muchachos". En la cárcel, gravemente enfermo, sin atención médica, se le dejará morir. Aún se intenta la renuncia de sus ideas a cambio de la libertad y la cura. Se le pide que manifieste haber sido engañado por los "enemigos de España".
Miguel se niega en un acto de conjunción sublime de su inocencia y su compromiso, el de pensar que no habrían de ser tan perversos como para dejarlo morir en una celda inmunda por negarse a abjurar de sus ideas, y si así fuera cómo podría él romper su compromiso con lo que cree, co lo que alimenta su fe de ser humano que busca la verdad y la justicia. Inocencia y compromiso desde la inicial manifestación de su vocación poética hasta el borde del abismo de una muerte digna para el poeta e ignominiosa para sus no tan indirectos asesinos.
En su declaración, el poeta confiesa que su obra recoge la labor que como escritor antifascista y al servicio de la causa del pueblo ha desarrollado durante la guerra, glorificando la causa roja y recomendando la resistencia a la invasión.
Su actividad poética culmina en una actitud humana que confima la inocencia y el compromiso de Miguel Hernández, uno de los más grandes poetas de la literatura española.

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